Tempestad.

El pintor Ulises Platas, posee un pincel que enciende los bastidores de sus obras, las fondea con negras líneas, grafitescas que sugieren carreteras asfaltadas. Encima de los trazos deliberadamente anárquicos acentúa los reflejos de su fuego interior con pinceladas fosforescentes en tonos anaranjados principalmente. Luego suavisa -de modo discreto -sus creaciones con tonos rosados, de sepia aclarada y blancos espesos que usa para ponerle fondo a las formaciones del negro intenso que dan consistencia a sus obras. Pero el crisol de las tonalidades de su estilo alcanza el temple cuando dibuja sobre los contornos de las manchas de lava y carbón, líneas azules y blancas con las que dibuja alegorías, líneas helicoidales, jaulas, tridentes, sombrillas hacia arriba y otras como si las hubiera volteado el viento, cruces y otras expresiones, dichas señales refrescan la superficie de sus lienzos, a veces, les dan oxígeno otras signos de esperanza frente a los fatalismos de una era agitada reducción del tiempo para pensar y disfrutar de la belleza pura de las cosas. La belleza clásica de los óleos y los gráficos ha sido enviada a la bodega de los museos. Lo de hoy, mayormente es la fantasía abstracta de los sentidos y en ese plano, Ulises Platas proyecta sus obras, tempestades de color y de misterio, pedazos de sus tormentos emocionales. Ulises es un pintor que tiene un rostro sereno pero, puede parecer adusto o por lo menos serio y algo hermético. Su mirada penetrante recoge cada detalle de la vida y especialmente, padece una adicción por las pequeñas sensaciones que luego maximiza en sus obras que dedica a episodios de sus pasiones y culpas. Ulises Platas vive sus tempestades y las lleva al caballete y aveces en formato grande. No es tímido, sus revelaciones lo desnudan como niño que corre por las calles en medio de la tormenta, encima pasa debajo de las canaletas para recibir con ojos cerrados y los labios abiertos, los chorros de agua fría. Dice el refrán que quien “siembra vientos cosecha tempestades”. Ulises es un eolo mofletudo que sopla y con el baho de su aliento cultiva sus miedos y sus extasis, como una terapia para su templanza desahoga sus instintos en sus lienzos. La tempestad de Ulises es la dicha interior de su alma acorralada, el alma de Ulises es sensitiva, la aprisiona lo bello y lo bueno, el recuerdo de su infancia, los yerros de la juventud y los barruntos de su vida adulta lo persiguen y solo los apasigua con los placeres mundanos que compensan sus faltas o las que vienen por la consciencia de no haber estado en el momento exacto y con la receta idónea para calmar el dolor de sus amores y las sombras de sus desamores. La urgencia de Ulises es la constante de sus cuadros que expresan su carrera contra el tiempo. La tempestad lo persigue pero lo respeta porque él mismo fue un monsón, a veces un huracán otras un ciclón. Los vientos que siembra son auténticos huracanes, por ello, los lleva consigo como la nube negra portátil que le electriza las sienes cada vez que toca su pincel y apunta a un nuevo cuadro.

La tempestad es la guía de su vida, tempestuoso pero más divertido y enjundioso prefiere aguardar el mejor momento para dejarse llevar por los sentidos y recrearse en el arte y el color. Por eso Ulises honra la frase “después de la tempestad viene la calma” la calma creativa que en el caso de Ulises es el pivote de sus combustiones. Ulises Platas vive en el ojo de sus huracanes y no quiere dejar ese lugar y no escuchará a las y los que se lo pidan o exijan.

UN SISTEMA DINÁMICO LLAMADO UNIVERSO / Héctor Alvarado Arias

Héctor Alvarado Arias

Ciudad de México, 1974

Es un artista visual mexicano conocido especialmente por su obra escultórica en mármol. Alvarado labora desde el 2000 en su producción artística y utiliza el mármol desde el 2003. Ha sido influenciado por el grabador mexicano Carlos Alvarado Lang (1905-1961) y por la pintora Rita Arias Simarro (1951), ambos familiares del artista. Sus estudios abarcan la licenciatura en diseño industrial por la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México (1999) y un Master of Design en la University of Technology de Sydney, Australia (2002). Después de dos años de residir en Australia se asienta en Monterrey, México. Su mentor fue el escultor regiomontano Jorge Elizondo (1953-2023) instruido en Pietra Santa, Italia y pionero de la talla en piedra en Monterrey. Para Alvarado, este periodo fue crucial ya que formó parte de un grupo selecto de jóvenes escultores. Durante su estancia en Monterrey, entre 2003 y 2007, fue profesor a nivel licenciatura en la Universidad de Monterrey. Fuera del entorno académico formó parte de un círculo de escritores, poetas, pintores y artistas plásticos que solían reunirse en casa de José Emilio Amores, gestor cultural y coleccionista de arte. Posteriormente se estableció 2 años en Yakarta, Indonesia donde colaboró con diseñadores y arquitectos realizando proyectos con Roland Adams Design, Christina Suwardi Interior Design and Architecture, Anita Boentarman en la Galería Milenia, Iklim Tan de Euro Asia Design y la compañía marmolera Magran Pt. En el 2016 finaliza su estancia en el continente asiático para regresar definitivamente a la Ciudad de México. Su trayectoria cuenta con 7 exposiciones individuales entre Indonesia, Estados Unidos y México y 55 exposiciones colectivas en diferentes lugares, su obra se puede encontrar en 4 continentes.

Instagram: @hectorsculptor


La obra de Héctor Alvarado explora elementos naturales y formas geométricas, como una manifestación tangible de su propio sentimiento humano en relación con el cosmos.

«La escultura no responde a la moda, responde a la cultura» dice el artista.

Ubicación

Nuestra galería se encuentra en el corazón de la Ciudad de México, ofreciendo un espacio sofisticado para disfrutar del arte.

Dirección

calle Frontera número 142 esquina con Guanajuato, colonia Roma Norte

Horario

martes a sábado de 11:00 a 21:00 horas.